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Apoyar a Israel ya no es lo que era
WASHINGTON, DC | TIEMPO DCODER | JUL 31 2025 |
NO HABLES QUE DIVIDES.

Foto: EFE.
Israel pierde apoyo (entre los suyos). No todos están contentos con Bibi y sus razones tienen: una parte de la base MAGA ya califica la situación en Gaza como genocidio y empiezan a cuestionar el apoyo incondicional a Israel. La administración se puso en marcha un nuevo plan migratorio: el reclutamiento para repotenciar ICE. ¿La recompensa para quienes se unan? $50,000 en bonos de ingreso, condonación de préstamos estudiantiles, mejor jubilación, más horas extra y hasta afiches con su rostro.
EL DÍA EN HEADLINES.
SENADO FRENÓ INTENTO DEMÓCRATA PARA BLOQUEAR VENTA DE ARMAS A ISRAEL.
Los senadores republicanos rechazaron dos resoluciones que buscaban frenar una venta de más de $675 millones en armas a Israel. Aun así, 27 senadores demócratas votaron a favor del bloqueo, reflejando un giro incómodo dentro del partido ante la crisis en Gaza. Bernie Sanders forzó la votación, y hasta moderados como Jeanne Shaheen se sumaron. La mayoría demócrata sigue respaldando el envío de armas, pero la grieta ya no es solo en Medio Oriente.
GOP BUSCA DESMANTELAR LA VOTING RIGHTS ACT.
Los republicanos están avanzando en su esfuerzo por debilitar aún más la Voting Rights Act (VRA), mientras los demócratas relanzaron una propuesta para restaurar y ampliar sus protecciones. La batalla legal está escalando: un tribunal ya dictaminó que grupos como la ACLU no pueden presentar demandas bajo la ley, y la Corte Suprema, con mayoría conservadora, podría tomar el caso pronto. El enfoque ahora es eliminar el derecho de acción privada bajo la Sección 2, la parte más poderosa que queda de la VRA. Si lo logran, quedaría solo el fiscal general como único actor autorizado para demandar por discriminación electoral.
TRUMP ARREMETE CONTRA LA FED POR NO BAJAR LAS TASAS (OTRA VEZ).
El presidente volvió a perder la paciencia con Jerome Powell después de que la Reserva Federal mantuviera las tasas de interés estables. Los gritos –otra vez– fueron en Truth Social. Trump acusó a Powell de incompetente y hasta le sacó la remodelación del edificio de la Fed. Powell, por su parte, sigue haciendo como que no lo leyó. Por ahora, as tasas siguen igual entre 4.25% y 4.5% y Trump sigue en mayúsculas.
CAEN DRÁSTICAMENTE LOS CRUCES DE INMIGRANTES POR EL DARIÉN.
Casi nadie cruzó la selva del Darién en junio: apenas 10 personas, según datos oficiales de Panamá. La caída coincide con medidas más duras de la Casa Blanca en la frontera sur y con el presidente panameño José Raúl Mulino cerrando centros de paso en los cruces fronterizos de Panamá. En 2023, más de 80,000 personas pasaron por ahí solo en agosto. Ahora, el silencio en la selva es tan fuerte que hasta algunas comunidades locales están volviendo a la agricultura.
ICE CONCENTRÓ SUS ARRESTOS EN EL SUR DE ESTADOS UNIDOS.
Entre enero y junio, la agencia arrestó a más de 109,000 de inmigrantes indocumentados, y la mayoría de esas detenciones ocurrieron en estados fronterizos y del sur como Texas, Florida y California. Es un aumento del 120% respecto al mismo período del año pasado. ¿Por qué en esos estados? Por una mezcla de geografía, cooperación entre autoridades y, bueno, más presencia de inmigrantes. Estados como Vermont, Alaska y Montana apenas sumaron unos 100 arrestos juntos.
CORTE EVALÚA SI TRUMP PUEDE PONER TARIFAS USANDO PODERES DE EMERGENCIA.
En una batalla judicial importante para la Casa Blanca, una corte federal revisó si Trump puede usar la ley de poderes de emergencia (IEEPA) para aplicar aranceles masivos sin pasar por el Congreso. El problema: esa ley ni siquiera menciona la palabra tarifas. Los jueces no parecían convencidos, pero por ahora las tarifas siguen vigentes mientras se define el caso. Si la corte le da luz verde, la administración podría tener vía libre para usar emergencias como excusa económica. Algo así como declarar crisis para subir el precio (de todo).
EN PROFUNDIDAD.
EL NUEVO EJÉRCITO MIGRATORIO DE TRUMP.

Foto: EFE
El gobierno no solo quiere más agentes. Quiere 10,000. El Homeland Security lanzó esta semana una campaña de reclutamiento para llenar las filas de ICE con jóvenes patriotas dispuestos a “defender la patria” y a deportar. La meta: todo lo que se pueda deportar (y lo que no tanto.) Para lograrlo, Trump no solo firmó una megaley de $170 mil millones para seguridad fronteriza, sino que aprobó incentivos agresivos para atraer talento: $50,000 en bonos de ingreso, condonación de préstamos estudiantiles, mejor jubilación, más horas extra y hasta afiches con su rostro.
La operación se llama Defend the Homeland y no es solo una política, es una estética. Trump y la secretaria de DHS, Kristi Noem, posan en los pósters como estrellas de campaña, mientras las vocerías oficiales hablan de una “generación comprometida con expulsar a los peores criminales ilegales del país.” La iniciativa incluye visitas a universidades, ferias de empleo y mensajes donde se mezcla el orgullo militar con la urgencia política.
ICE apunta a convertirse en el músculo visible de una política que combina seguridad, migración y espectáculo electoral. La cifra de 10,000 nuevos agentes no es casual: es redonda, ambiciosa, memorable y mediática.
La narrativa de “criminal illegal aliens” no solo busca justificar la expansión operativa. También redefine el rol del Estado frente a la migración: no como problema estructural o humanitario, sino como enemigo a erradicar con eficiencia.
La campaña busca más que nuevos agentes: quiere consolidar una visión de país. En ella, la inmigración es un problema de seguridad, el deber patriótico se mide en arrestos, y el liderazgo se viste de uniforme. Las recompensas económicas son el anzuelo, pero lo que está en juego es mucho más profundo: quién representa el orden y quién amenaza la idea de nación.
ICE tiene más recursos que nunca, y con ellos también viene un mandato simbólico. No se trata solo de operaciones en la frontera, sino de proyectar fuerza, ocupar espacio público, y marcar territorio ideológico. La frontera ya no es una línea geográfica: es un concepto que el gobierno quiere dibujar en la mente de cada votante.
LO QUE SE DICE Y LO QUE NO.
ISRAEL YA NO UNE. DIVIDE.
Primero fue el caso Epstein. Ahora es el caso Gaza. No todos están contento dentro de MAGA.
Mientras Gaza atraviesa una de sus peores crisis humanitarias, parte del movimiento MAGA empieza a cuestionar el apoyo incondicional a Israel. Figuras como Marjorie Taylor Greene, Steve Bannon y Matt Gaetz han alzado la voz, llamando incluso “genocidio” a lo que ocurre en el enclave. Pero en la Casa Blanca —y en gran parte del Capitolio— el tono sigue siendo de respaldo medido. Trump, como siempre, dice que entiende el sufrimiento, pero no quiere “recompensar a Hamás”.
La tensión interna dentro del movimiento conservador refleja algo más profundo: una fractura generacional e ideológica. Los sectores más leales a Trump —los MAGA que dominan las redes— han empezado a desafiar una política exterior que antes era intocable. Mientras tanto, las figuras más tradicionales del Partido Republicano insisten en mantener el apoyo a Israel como una cuestión estratégica y moral, aunque ya no todos en su base estén convencidos.
BREAKING: Trump told a Jewish donor MAGA is starting to hate Israel, according to the Financial Times
MAGA ❌🇮🇱:
-Rep @mtgreenee recently became the first republican in Congress to call what’s happening in Gaza a genocide
-MAGA influencers like Steve Bannon, Candace
— Both Sides News (@bothsidesnews_)
6:32 PM • Jul 31, 2025
Las encuestas también muestran que no todo es color rosa con Israel ni con cómo el primer ministro Benjamín Netanyahu ha manejado el conflicto con Hamás: solo el 32 % de los estadounidenses respalda la ofensiva militar israelí en Gaza, según una última encuesta de Gallup. Entre los demócratas, el apoyo es de apenas un 8 %. Y entre jóvenes de cualquier partido, de un simbólico 9%. Sí, menos de uno de cada diez apoya la ofensiva de Israel contra Gaza.
El presidente no ha cambiado de postura, aunque sí ha matizado su mensaje (ya dijo que aprobará un plan de ayuda en Gaza). La pregunta es si esta nueva división dentro del lado conservador será un simple ruido de fondo o el comienzo de un cambio más profundo en la relación entre Estados Unidos e Israel.
Y mientras sigue esta postura –un tanto tibia– la ONU lo dice claro: medio millón de personas en Gaza están en condiciones de hambruna y que el 39 % de la población no come durante días seguidos. Israel lo niega. Estados Unidos lo matiza. Pero la opinión pública lo está viendo en tiempo real. Y la narrativa que antes parecía incuestionable ya no tiene tanto blindaje.
NO ME DIO TIEMPO DE EXPLICARTE.
La administración presiona a farmacéuticas. Trump dio 60 días a las farmacéuticas para bajar los precios de sus medicamentos al nivel internacional. Lo anunció por Truth Social (como casi siempre), pero expertos dudan de que pueda hacerlo sin pasar por el Congreso.
Brown University llega a un acuerdo con la Casa Blanca. La universidad recuperará fondos federales congelados tras acordar limitar atención médica trans a menores, revisar sus políticas de admisión y pagar $50 millones a programas laborales. Todo, sin admitir culpa.
Trump construirá un salón de fiestas en la Casa Blanca. El presidente anunció un nuevo ballroom de $200 millones con fondos privados. Tendrá capacidad para 650 personas y reemplazará parte del Ala Este. Dice que siempre lo soñó, “porque nadie fue bueno en ballrooms”.
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Redactor: Paola Sardiña | Editor: Marcos Porras | Editor jefe: Marcos Marín