🧐 Del Epstein files al Russigate

WASHINGTON, DC

TIEMPO DCODER

JUL 24 2025

NO HUBO GRITOS, SOLO PALMADITAS.

Foto: Unplash.

Donald Trump realizó una inusual visita al Banco Central y fue recibido por Jerome Powell, que no se salvó de las críticas y no se salvará hasta que baje las tasas de interés. ¿El objetivo de la visita? Inspeccionar que la remodelación de la Fed esté a la par con el presupuesto… Para el presidente, el costo de la construcción es too much. La directora de inteligencia nacional desempolva unos files (pero no los Epstein) para ver si hubo una “conspiración traicionera” para perjudicar a Trump durante la campaña de 2016.

EL DÍA EN HEADLINES.

ENTRE CRÍTICAS Y REFUTACIONES, TRUMP Y POWELL SE REUNIERON EN EL BANCO CENTRAL.

La tensión reinó, pero la reunión terminó en buenos términos. En una visita bastante inusual a la sede de la Reserva Federal, Trump criticó a Jerome Powell por el costo de las renovaciones del edificio. Pero, entre la palabrería, afirmó que no cree que su despido “sea necesario”. Trump dijo que el costo de la construcción se había disparado a “unos $3,100 millones”. Powell negó con la cabeza y dijo “no he oído eso”. Al final, le preguntaron a Trump si había algo que Powell pudiera hacer para retractar algunas criticas. ¿La respuesta del presi? Tasas más bajas, mientras le daba una palmadita. Por lo menos, no se fueron a los gritos. 

ORDEN DE ELIMINAR CIUDADANÍA POR NACIMIENTO ES INCOSTITUCIONAL, DICTAMINA JUEZ.

Una corte de apelaciones declaró inconstitucional la orden ejecutiva que buscaba acabar con la ciudadanía por nacimiento. Ya perdimos la cuenta de cuántos jueces han dictaminado lo mismo. El fallo expone que la orden contradice directamente la 14ª Enmienda, que garantiza la ciudadanía a cualquier persona nacida en suelo estadounidense. El caso probablemente llegará a la Corte Suprema, porque si algo sabe hacer Trump es llevar sus ideas hasta la última instancia, incluso si la ley le dice “no” desde el primer párrafo.

EL TONO HACIA MUSK SE SUAVIZA: TRUMP DICE QUE NO QUIERE DESTRUIR SUS EMPRESAS.

El presidente aclaró que no busca acabar con las empresas de Elon Musk, sino que quiere que prosperen “como nunca antes”. Esto, después de que su vocera dijo que probablemente cancelaría contratos federales con xAI, la compañía de inteligencia artificial de Musk. Pese a que Trump se mostró amigable, Wall Street no perdona: ¿Reacciones? Tesla cayó un 9% tras reportar malos resultados. Parece que el mensaje de prosperidad no incluyó acciones en la bolsa, ni una llamada previa a Elon.

LARA TRUMP NO SE POSTULARÁ AL SENADO POR CAROLINA DEL NORTE.

La larga espera terminó: la nuera del presidente confirmó que no se postulará al escaño en el Senado de Carolina del Norte. ¿Quién sí se arriesga? El presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Whatley, quien ya confirmó su candidatura y el apoyo de Trump. Lara se había convertido en una candidata muy competitiva para ese estado clave, lo que habría dado a los republicanos un impulso en una contienda difícil con un partido demócrata que busca reivindicarse. 

COLUMBIA ACEPTÓ PAGAR MILLONES AL GOBIERNO PARA RECUPERAR FONDOS.

La universidad acordó pagar $200 millones al gobierno federal tras la cancelación de $400 millones en fondos por parte de la administración, que acusó a la universidad de no actuar ante el acoso a estudiantes judíos. El acuerdo permite restituir la mayoría de las subvenciones, y Columbia aceptó auditorías y monitoreo independiente. La universidad no admitió culpa, pero reconoció que se necesitaban reformas. 

ESTADOS UNIDOS ACUSA A HAMÁS DE BLOQUEAR CEASEFIRE.

La Casa Blanca dijo que Hamás no mostró voluntad de llegar a un acuerdo en las negociaciones por un alto al fuego en Gaza y que, ante el estancamiento, Estados Unidos evalúa “opciones alternativas” para liberar rehenes. Israel también retiró a sus negociadores de Doha tras considerar inaceptables las nuevas exigencias del grupo palestino, incluyendo la liberación de más prisioneros. Aunque los mediadores de Qatar y Egipto intentan mantener vivo el diálogo, todo apunta a una pausa indefinida. La paz, al parecer, sigue siendo ese objetivo que siempre está a una firma de distancia, pero que nadie quiere firmar.

EN PROFUNDIDAD.

RUSSIAGATE RELOADED.

Foto: EFE

¿Será que este es el año de las teorías conspirativas? ¿O simplemente es una cortina de humo para tapar otras cosas? Sea como sea, la administración está intensificando su ofensiva sobre la investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 y cómo se orquestó una campaña en contra de Trump. El gobierno esta vez está impulsando públicamente la posibilidad de procesar a funcionarios del gobierno de Obama, incluyendo al propio expresidente (tal como lo promovió Trump en un video creado con IA y subido a su plataforma favorita Truth Social). 

Desempolvando files (pero no esos files que todos quieren ver). La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, presentó documentos desclasificados que, según ella, revelan una “conspiración traicionera” para perjudicar a Trump durante la campaña. Aunque la base legal es incierta, la estrategia busca devolver el Russiagate al centro de atención, justo cuando el presidente enfrenta nueva presión por el caso Epstein. 

¿Hacia dónde va la narrativa? El discurso oficial gira hacia una narrativa conocida: Trump como víctima de una operación política encubierta. La novedad es que ahora, esa narrativa no solo vive en redes o medios afines, sino desde de la Casa Blanca.

  • Los documentos desclasificados provienen de una investigación del Congreso de 2017. Los archivos revelados por Gabbard corresponden a una revisión liderada por republicanos en el Comité de Inteligencia de la Cámara en 2017. Cuestionan el proceso analítico con el que las agencias de inteligencia concluyeron que Rusia interfirió en las elecciones de 2016, pero no presentan evidencia de actos criminales. Tampoco vinculan directamente a Obama con ninguna actividad ilegal. 

  • No hay nuevas pruebas que contradigan las conclusiones oficiales sobre la injerencia rusa. Las investigaciones del Senado, del FBI y del fiscal especial John Durham coincidieron en que Rusia sí intervino, aunque criticaron cómo se condujo la investigación inicial. Pese a esto, el Departamento de Justicia ya conformó un grupo de ataque contra el Russiagate para investigar evidencia desclasificada de la administración Obama. Legalmente, el umbral para procesar a Obama u otros altos funcionarios sigue siendo muy lejano.

  • La ofensiva coincide con filtraciones sobre el caso Epstein que mencionan a Trump. El mismo día que se difundieron los documentos, el Wall Street Journal reportó que el nombre de Trump –supuestamente– aparece varias veces en los archivos del caso Epstein. Aunque el presidente no ha sido acusado, y el gobierno lo desmiente, otros medios confirmaron la información. La Casa Blanca calificó la historia como “fabricada” y Trump la atribuyó a una campaña de desinformación. 

La coincidencia temporal entre ambas noticias sugiere que la reapertura del Russiagate también podría estar cumpliendo un rol político de control de daños.

LO QUE SE DICE Y LO QUE NO.

INCIERTO ES LA PALABRA.

Luego de la derrota dura y cruda en las elecciones pasadas, ¿dónde está y hacia dónde va el Partido Demócrata? La respuesta corta: buscándose. La larga: en un momento de autoevaluación profunda, intentando decidir si se reorganiza, se reinventa o simplemente sobrevive al próximo ciclo electoral sin morir en el intento. 

El problema no fue sólo perder la Casa Blanca y el Senado, sino quedar ideológicamente expuestos. Hoy, el partido enfrenta una fractura clara entre dos grandes bloques: un centrismo pragmático que defiende las instituciones (aunque muchos ya no crean en ellas), con figuras como Gavin Newsom o Pete Buttigieg. Y un populismo progresista que apuesta por programas sociales ambiciosos, encarnado por voces como AOC o Ro Khanna. Dos visiones distintas, a veces incompatibles, que compiten por el control del mismo partido.

Y entre esos polos, empiezan a emerger perfiles como el de Zohran Mamdani en Nueva York, que ganan terreno con propuestas disruptivas: supermercados estatales, control de rentas. Ideas que hace unos años se habrían considerado impensables. ¿Radicalismo? ¿Resonancia popular? Lo interesante es que muchos de sus votantes también apoyaron a Trump. No por ideología, sino porque ambos hablaban —claramente— de lo que les afecta.

Eso es, al final, lo que parece estar faltando: claridad. No sobre valores, sino sobre dirección. Porque mientras el partido se debate entre agradar al centro, energizar a la base o evitar una escisión, la ventana se está abriendo para otra cosa. Tal vez un nuevo partido. Tal vez solo más confusión. Pero como en toda casa dividida, lo urgente no es redecorar. Es evitar el colapso.

NO ME DIO TIEMPO DE EXPLICARTE.

  • La Corte Suprema le dio un respiro a la Voting Rights Act: bloqueó un fallo que decía que solo el gobierno federal podía demandar bajo esta ley, dejando a las comunidades como espectadoras. Por ahora, las tribus nativas podrán seguir litigando, pero la pelea legal sigue en curso. 

  • UnitedHealth está bajo investigación federal por su programa Medicare. La empresa confirmó que el Departamento de Justicia investiga posible fraude criminal en su programa Medicare Advantage. Dicen que colaboran “con total transparencia” mientras revisan internamente sus códigos.

  • Trump puede despedir reguladores de productos sin dar muchas explicaciones. La Corte Suprema permitió a la administración remover a tres miembros demócratas de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo. ¿El argumento? Que el presidente puede moldear las agencias a su gusto, bipartidismo mediante.

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Redactor: Paola Sardiña | Editor: Marcos Porras | Editor jefe: Marcos Marín