👀 Trump, ¿ya no tan amigo de Netanyahu?

El presidente comienza su road trip por el Golfo, pero no por petróleo ni por paz: por negocios. ¿Las sorpresa? No va Israel. Los Acuerdos de Abraham parecen reactivarse, pero esta vez sin Jerusalén.

WASHINGTON, DC

TIEMPO DCODER

MAY 12 2025

SIN ESCALA EN JERUSALÉN.

Foto: AP

Donald Trump vuelve a Oriente Medio y no, no es por la paz ni por el petróleo: es por los negocios. Desde IA hasta reactores nucleares, la gira arranca con un solo idioma común —el de las inversiones (y el dinero)— y una parada menos: Jerusalén. ¿Y Netanyahu? Se quedó esperando la foto. Porque por ahora, que la guerra espere, que los negocios no.

EL DÍA EN HEADLINES.

EL NUEVO CAPÍTULO DE LA TAX LEGISLATION

Los republicanos de la Cámara de Representantes quieren triplicar el tope de la deducción de impuestos estatales y locales —de $10,000 a $30,000— pero solo si ganas menos de $400,000. La legislación de taxes sigue under construction, porque los legisladores de Nueva York y California lo consideran "insultante". Mientras tanto, los líderes del partido negocian buscando el número mágico que no provoque una revuelta fiscal dentro de sus propias filas. 

LOW PRICES A LOS MEDICAMENTOS, PERO ¿A QUÉ COSTO?

El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que promete bajar el precio de los medicamentos hasta en un 50%. Esta vez, la estrategia incluye a Medicaid, seguros privados y sí, también tus skinny pills. El gobierno dice que pagará lo mismo que el país que menos paga—lo cual suena muy bien hasta que recuerdas que Sudáfrica no es benchmark para la Big Pharma. En su primera administración hizo lo mismo, pero la decisión no entró en vigor tras un bloqueo de un juez federal. La industria farmacéutica ya se prepara para contraatacar.

VIAJE POR LA PAZ (O ESE ES EL OBJETIVO)

El presidente Zelensky dice que va rumbo a Turquía para, supuestamente, reunirse con Vladimir Putin y hablar de paz. Sería la primera vez que se ven las caras desde que empezó la guerra. La Casa Blanca ya pidió un alto al fuego de 30 días unconditional, pero todavía está on hold. Aunque Putin aún no firmó nada, dijo estar listo para hablar. ¿Terminará en diálogo histórico o en selfie diplomática sin resultado? Todo depende del mood ruso el jueves.

UN BREAK DE 90 DÍAS QUE DISPARA A WALL STREET

Estados Unidos y China decidieron bajar sus aranceles por tres meses —una pausa que Wall Street celebró como si fuera Navidad en mayo. Washington reducirá las tarifas al 30%, Beijing al 10%, y ambos lados prometen seguir hablando mientras los mercados respiran. Pero cuidado: esto es un timeout, no el final del partido. El secretario del Tesoro lo dejó claro: “Queremos menos dependencia, no un break-up”. ¿El resultado? La noticia disparó el dólar y prácticamente a todos los promedios de la bolsa. 

UN NUEVO TIPO DE REFUGIADOS… DE SUDÁFRICA

Un grupo de 59 sudafricanos blancos llegó a Estados Unidos con estatus de refugiados, gracias a las facilidades de la Casa Blanca. Son en su mayoría agricultores, y según Donald Trump (y Elon Musk), víctimas de una persecución por parte del gobierno sudafricano. El detalle: Sudáfrica dice que eso es fake news y que no califican como refugiados. La política ha sido criticada como una residencia racializada, mientras millones de personas desplazadas por guerras siguen esperando en la fila.

EN PROFUNDIDAD.

DE TEL AVIV, NI UNA POSTAL.

Foto: EFE

De la diplomacia a los negocios hay solo un paso (o medio si hablamos de Donald Trump). El presidente iniciará su road trip a Medio Oriente este martes, pero no por petróleo ni por paz: por business. En su primer viaje del segundo mandato, pasará por Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes con una agenda que no se molesta en disimular prioridades: inversiones, acuerdos militares, inteligencia artificial, energía... y sí, más inversiones. No va a Jerusalén, no hay foto con Benjamín Netanyahu, y la paz en Gaza queda en segundo plano. En cambio, hay promesas de un billón de dólares en contratos, reuniones con ejecutivos de Wall Street, Silicon Valley y ¿la reactivación de los Acuerdos de Abraham? 

Trump negoció directamente con Hamás la liberación de Edan Alexander, el último rehén israelí‑estadounidense con vida en Gaza, tras casi 19 meses de cautiverio. El gobierno de Israel, hasta ahora, guarda silencio, una pausa elocuente que refleja la incomodidad de que la Casa Blanca cerrara el trato sin pasar por Jerusalén. El gesto calza con la doctrina America First y marca el primer roce visible entre Trump y Netanyahu en este segundo mandato.

Todos los caminos conducen a… los Acuerdos de Abraham. En su primer mandato, el presidente negoció los Acuerdos de Abraham, donde países como Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Baréin reconocieron por primera vez a Israel. El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, había dicho que no puede “haber una normalización” de las relaciones hasta que Tel Aviv detenga sus ataques en Gaza. 

Entre todos estos acuerdos y desacuerdos, el enviado para Medio Oriente de la Casa Blanca, Steve Witkoff, declaró el 5 de mayo que se espera avances en la ampliación de los Acuerdos de Abraham. 

Pero, antes… business. 

  • AI, chips y tecnología. En paralelo al viaje, se celebrará un foro en Riad donde participarán los CEO de OpenAI, Nvidia, Palantir, Alphabet y otros gigantes tecnológicos. ¿El objetivo? Facilitar el acceso del Golfo a chips avanzados y sistemas de inteligencia artificial, en plena batalla global por el control de esta industria. La administración Trump ya desmontó una regulación clave de la era Biden, abriendo la puerta a exportaciones antes vetadas. ¿La pregunta del millón? Si ese “avance” es por seguridad nacional o por negocios con viejos amigos.

  • Ambiciones nucleares: energía, geopolítica y algo de déjà vu. Arabia Saudita quiere su propio programa nuclear civil, y Trump parece dispuesto a ayudar. Aunque antes este tipo de acuerdos dependían de la normalización con Israel, hoy las condiciones parecen más laxas. La promesa: cooperación nuclear con fines “pacíficos” y más influencia regional. La preocupación: que se abran las puertas a una carrera nuclear en la región. Por ahora, lo concreto es que el secretario de Energía habló de un “camino claro” hacia ese pacto… pero será el presidente quien lo anuncie, si lo ve rentable.

  • En este viaje también hay rumores. Parece que Trump quiere rebautizar el “Golfo Pérsico” como “Golfo Árabe” —un gesto que los líderes árabes aplaudirían, pero que podría encender aún más las tensiones con Irán. También suenan posibles anuncios sobre alivios a las sanciones a Siria. Todo esto mientras se discute si Arabia Saudita necesita más apoyo financiero para sostener su ambicioso plan Visión 2030, que busca transformar la economía y la sociedad de ese país, reduciendo la dependencia de petróleo y convirtiéndose en líder mundial en diversos sectores.

Trump no está viajando al Golfo para hacer las paces, sino para cerrar tratos. Y no lo esconde. Este tour no es una cumbre de paz, sino una lluvia de inversiones. Los acuerdos de normalización podrían reactivarse, pero con chips, uranio y promesas de billones como protagonistas. Los Acuerdos de Abraham reviven, pero sin foto en Jerusalén, ni compromiso real con Gaza. ¿La amistad con Netanyahu? Parece que primero están los negocios.

LO QUE SE DICE Y LO QUE NO.

CORTINA DE HUMO EN DOGE. DICEN QUE LOS RECORTES NOS HACEN GASTAR MENOS, PERO LOS DATOS DICEN LO CONTRARIO: ESTAMOS GASTANDO MÁS. 

¿Lo que se dice? Que se están haciendo recortes. ¿Lo que no se dice? Que estamos gastando $166,000 millones más que el año pasado, y eso que apenas va medio ciclo fiscal. Aunque DOGE repita que quiere ser más eficiente, lo cierto es que la billetera sigue abierta para defensa, migración y, sobre todo, para el eterno peso de la seguridad social. Aquí la pregunta no es solo cuánto se gasta, sino en qué y para quién. Porque una cosa es hablar de eficiencia, y otra muy distinta es seguir inflando el déficit con prioridades que no siempre cuadran con el discurso.

El gasto en defensa creció $39,000 millones y el de inmigración subió $18,000 millones, impulsado por un intento muy ambicioso —y muy caro— de deportar a un millón de personas este año. Pero el verdadero elefante en la sala sigue siendo el Social Security y Medicare, que entre ambos ya se comieron $1.5 billones en lo que va del año. No es nuevo, pero se está acelerando. Los baby boomers están cobrando lo que se les prometió, pero el sistema no se está financiando al mismo ritmo. ¿Quién va a pagar la cuenta cuando el fondo se seque?

El tema aquí no es solo matemático, es político. El presidente Trump y DOGE empujan un megaproyecto de ley con recortes y cambios fiscales que suenan a reordenamiento, pero que podrían terminar costando aún más. Se habla de subir impuestos a los ultrarricos, pero también de maniobras contables que maquillan los números sin resolver el fondo. El resultado: más déficit, más deuda y, si la Reserva Federal no se pone nerviosa, también más intereses por pagar. 

En la teoría, frente a cámaras y micrófonos, estamos recortando… En la práctica, estamos gastando como si no hubiera mañana. Y mientras se discute el déficit con tono técnico y cara seria, las prioridades siguen hablando más fuerte que cualquier plan de ajuste. Defensa, deportaciones y promesas incumplidas a futuras generaciones: el presupuesto no solo revela cuánto dinero hay, sino qué valores estamos financiando. Si todo esto es eficiencia, entonces habría que redefinir la palabra. El problema –ahora– ya no es la falta de recursos, sino la abundancia de excusas.

NO ME DIO TIEMPO DE EXPLICARTE.

  • Medicaid sigue siendo una tormenta en la Cámara. Una nueva propuesta de los republicanos exige que adultos sin hijos trabajen 80 horas al mes para seguir cubiertos. También recorta fondos y pone ojo al estatus migratorio. Alrededor de  8.6 millones personas perderían seguro médico.

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Redactor: Paola Sardiña | Editor: Marcos Porras | Editor jefe: Marcos Marín