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Las piedras en el zapato de Trump
El Art of the Deal no aplica en la política (al parecer). En sus primeros 100 días, el presidente se ha enfrentado a la realidad: la presión sobre los aliados no es sinónimo de ceder a su agenda.
Washington, DC | ABR 24 2025 |
El arte de negociar en la política no funciona igual. El presidente se está enfrentando a la realidad global: aunque ha tenido algo de éxito con su agenda de “presión por acuerdo”, pero también ha tenido que suavizar su tono, especialmente porque las respuestas a sus medidas han sido iguales (o peores). Trump le grita (en Truth Social) a Putin que detenga los ataques a Kiev. Y por si quedaban dudas de la posibilidad de un tercer mandato llega la merchandising de campaña “Trump 2028”.
🗳️ Bloqueo al requisito de ciudadanía
La Casa Blanca propone y los jueces disponen: una jueza bloqueó la intención de la administración de promulgar una serie de cambios en el sistema electoral, entre ellos un requisito de prueba de ciudadanía en el formulario de registro de votantes. La jueza Collen Kollar-Kotelly concedió una medida cautelar que impide que el requisito de ciudadanía siga a delante mientras se resuelve la demanda.
🚫 Con las ciudades santuario no
Un juez federal bloqueó el intento del gobierno de recortar fondos a las ciudades que se niegan a colaborar con ICE. La demanda fue presentada por 16 ciudades y condados —incluidos San Francisco, Seattle y Portland— que acusaron a la administración de usar el dinero como chantaje para imponer su política migratoria. El juez dictó que el plan violaba principios legales básicos de autonomía local. Así que, con las santuarios, por ahora no.
✈️ El círculo del “no fui yo”
La administración jura –y perjura– que no rompió la orden judicial que prohíbe deportaciones sin aviso… porque las hizo el Pentágono, no el Homeland Security. Según el gobierno, los inmigrantes fueron enviados primero a Guantánamo y luego deportados por vuelos militares. El juez había exigido que se respetara el derecho a impugnar esas expulsiones. Pero ahora el argumento es que "no fue nuestra agencia".
✋🏻 Los inmigrantes deben volver
Stephanie Gallagher, una jueza de Maryland ordenó al gobierno permitir el regreso de Cristian, un venezolano deportado a El Salvador a pesar de tener su caso de asilo pendiente. El inmigrante llegó como menor no acompañado y estaba protegido por un acuerdo legal que la Casa Blanca violó al expulsarlo. La jueza dijo que la deportación fue un “incumplimiento de contrato” y prohibió que casos similares se repitan. Ahora el gobierno tendrá que coordinar con El Salvador su regreso, o bueno eso se espera.
🪖 Vladimir, ¡STOP!
Donald Trump, que había estado criticando solo a Volodymyr Zelenskyy, sorprendió con un mensaje directo a Vladimir Putin tras el bombardeo mortal en Kiev. "¡Vladimir, STOP!", escribió, justo después de decir que la paz estaba cerca. El presidente insiste en que él puede cerrar un trato, aunque ayer anunció que Estados Unidos abandonaba –oficialmente– el acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia. Mientras él se prepara para reunirse con Putin en unas semanas, su equipo negocia con ambos lados. Pero ni Ucrania ni Rusia parecen estar listos.
🇨🇳 China le congela el teléfono a Trump
Pekín dejó claro que no está negociando con Estados Unidos para acabar con la guerra comercial y que, si alguien tiene que moverse primero, es Washington. La afirmación de China llega después de que la Casa Blanca asegurara que había “conversaciones”. ¿Alguien cederá? Por ahora, las llamadas se congelan entre ambos países.

El arte de negociación que inspira Donald Trump (con un pasado bien empresarial) se enfrenta a una realidad global que en la Casa Blanca –parece– no quieren aceptar. El presidente o the real-estate shark mantuvo una vida de negocios en la que cerraba tratos por teléfonos. Pero, en la política la realidad es otra. El presidente, quien posiblemente esperaba que sus primeros 100 días de su segundo mandato se convirtieran en una tormenta de negociaciones a su manera, se ha encontrado con otro escenario y, para no terminar perdiendo, ha tenido que suavizar su postura: cedió antes los aranceles recíprocos a docenas de países, suavizó su tono con China y está perdiendo terreno en su objetivo por terminar la guerra en Ucrania.
Se parecen pero no son iguales. Los acuerdos en la política pueden parecerse –en algo– a los negocios, pero no se comen igual. ¿Las razones? Lo que está en juego no son casinos ni edificios, son economías, la soberanía y hasta la credibilidad de líderes mundiales.
Por ahora, la convicción de Trump de que cada asunto político es una cuestión de “ganar o perder” ha protagonizado su regreso a la Casa Blanca, pero aunque le ha permitido alcanzar algunos éxitos, no ha tenido el resultado que a él le hubiese gustado.
Donald Trump empezó su nuevo mandato con una postura firme con China (y todo aquel socio comercial que no estuviera de acuerdo con él), pero su intención de dominar las relaciones comerciales ha fracasado. En medio de las tarifas del 145% y sus amenazas públicas, solo ha recibido el mismo trato. Para la sorpresa del presidente, la respuesta de Pekín no ha sido para nada suave, al contrario, el gobierno chino ha respondido con la misma contundencia y con un mensaje claro: la diplomacia no se maneja con tuits ni ultimátums. Parece, en realidad, que el único deal visible hasta ahora es el reconocimiento implícito de que, en esta partida, la Casa Blanca no tiene las mejores cartas.
La otra piedra en el zapato: el conflicto entre Rusia y Ucrania. Prometió terminar la guerra en 24 horas, pero su definición de “paz” parece sospechosamente parecida a la hoja de ruta del Kremlin. Zelensky no mordió el anzuelo de firmar un acuerdo que implicaría ceder territorio soberano a Rusia. Pero no importa: Trump sigue convencido de que “tiene un trato con Rusia”. El problema es que solo él parece haberlo firmado.
El arte del trato tiene límites (incluso para un presidente). A pesar del mito de Trump como “el mejor negociador del planeta”, su estilo de poder basado en presión, velocidad y “ganancias rápidas” se estrella cuando entra en juego la soberanía de naciones o las reglas básicas del comercio internacional. Ya no basta con amenazar universidades o cortar cheques para CEOs: los conflictos globales no se resuelven como un mal capítulo de The Apprentice.
Ni China ni Ucrania ni más de una docena de países han respondido como Trump esperaba, y aunque él insiste en que todos están “haciendo fila para negociar”, lo cierto es que los tratos reales requieren algo más que ego y espectáculo. Y si el mundo ya no baila al ritmo de sus ofertas, quizás es hora de que el autoproclamado maestro del acuerdo aprenda que no todo se puede vender... ni comprar.
trump's new '2028' merchandise signals a calculated attempt to stay relevant while wading deeper into the political arena. watch for moves in his legacy play.
— Reda (@Reda_Moor)
6:03 PM • Apr 24, 2025
Y si faltaba una prueba más de que el tercer mandato va en serio, llegó la merchandising 2028…
La Organización Trump ha lanzado en línea productos de "Trump 2028", que incluyen gorras y camisetas. Y, aunque muchos digan es solo “merch”, que es solo algo que Eric Trump se pone en una selfie mientras sonríe como si no estuviera promocionando algo abiertamente inconstitucional. La verdad es que vender una gorra que dice “Trump 2028” no es solo merchandising: es un aviso, o quizás un tanteo a ver cuántos aplauden la idea de que, bueno, la Constitución también se puede “renegociar”, ¿no?
La 22ª Enmienda es bastante clara: dos mandatos presidenciales, y bye. No hay margen de interpretación ambigua, ni cláusulas secretas que lo permitan. Pero cuando el mismo Donald Trump dice que “hay métodos” para ir por un tercero, uno empieza a sospechar que la merch no es solo una “broma” de campaña. Como quien empieza por la gorra y termina con un decreto ejecutivo.
La jugada de vender camisetas con el lema “Rewrite the Rules” no es casual. Es marketing, sí, pero con intención. El mensaje no es “recuerda votar”, es “imagina otro mandato”. Pero, pudiéramos estar entrando en un terreno peligroso: lo que se normaliza con estilo, se institucionaliza sin mucho esfuerzo.
Trump, en su estilo ambiguo, ha dicho que no quiere un tercer mandato… pero también ha dicho que la gente quiere que lo haga. Ese doble discurso ya lo conocemos: lo ha usado para justificar desde políticas migratorias hasta elogios a dictadores. En el fondo, la merch 2028 no es una broma. Es la primera prueba que busca una reacción.
Estados Unidos ha lanzado más de 600 ataques aéreos contra los hutíes desde marzo, casi sin cobertura mediática. Todo apunta a una guerra aérea silenciosa que la Casa Blanca prometió evitar… pero que sigue activa.
Ni Donald Trump ni Johnson quieren subirle los impuestos a los ricos. Aunque algunos republicanos lo sugerían, el presidente y el orador del Congreso lo descartaron por completo. Alivio para algunos.
What’s news today will be tomorrow’s chitchat.
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Redactor: Paola Sardiña
Editor: Marcos Porras