Washington cambió de tono y ahora ve el conflicto entre israelíes e iraníes con otros ojos: todas las opciones están sobre la mesa.
"Debemos expandir los esfuerzos para detener y deportar a los extranjeros ilegales en las ciudades más grandes del país", dijo Trump. Traducción: un ataque directo a las ciudades demócratas.
El blanco de Israel no fue solo el programa nuclear de Irán, sino su centro militar y político. El mensaje que mandó es más profundo: debilitar al régimen iraní.
La agencia ha intensificado sus arrestos en cortes de inmigración por todo el país, aprovechando una política de la administración que les permite operar justo al salir las audiencias.